Cada noche subo al escenario y cincuenta mil fans bailan mis canciones, cantan
mis letras y gritan mi nombre. Si voy a un restaurante, a un club o incluso a
una tienda, alguien me conoce. Y es ese nivel de fama el que me llevó al
desierto después de agotar las entradas para un concierto en un estadio de Las
Vegas. En medio de la nada encontré un verdadero oasis en Clover. No está
acostumbrada a una vida rápida con luces brillantes, pero no puedo volver a ese
mundo sin ella.
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