«Sangre, dolor y lágrimas… lágrimas rojas, teñidas
por la sangre y el sufrimiento que la guerra había dejado tras su paso».
La segunda gran guerra llegaba a su fin, se
respiraba en el aire o, al menos, eso le habían dicho a Raina. Algo que no se
correspondió con lo que tuvo que presenciar en el sótano de su casa cuando los
soldados arrasaron su pequeño pueblo. Tras dos largos años desde aquella
fatídica noche en la que lo perdió todo, Raina, acompañada de Franz, su única
familia en esos momentos, comenzará a trabajar en uno de los hospitales de
campaña que hay diseminados en La Capital. Raina tiene un claro objetivo del
que nada ni nadie pueden apartarla: encontrar al hombre que lideró a los demás
soldados en la masacre de la que fue testigo. Así que, con la venganza en
mente, empezará a alternar sus pesquisas con el trabajo duro que realizará como
asistente de la doctora Ivannova, una mujer de carácter fuerte, acostumbrada a
tomar decisiones extremas y a la que llegará a admirar por su valentía y su
tesón. El hospital militar en el que trabajará, estará bajo las órdenes de
Nikolay Zhukov, un joven médico militar con el que trabajará mano a mano y que
la hará cambiar, poco a poco, de opinión al mostrarle que todos los hechos
tienen dos versiones porque todo depende del lado desde el que se contempla la
contienda. ¿Logrará encontrar a ese hombre? ¿Encontrará la paz que su corazón
tanto ansía? ¿Se permitirá ser feliz o sus ojos seguirán empañados por las
lágrimas rojas que derramó aquella noche?
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