Adela Ross se ve obligada a cantar en el sórdido club de Macreadies en
Edimburgo para llevar el pan a su mesa y asegurar un techo sobre su cabeza.
Sir William Urquhart tienw un plazo de un mes para casarse o perderá la fortuna
y las propiedades que le ha legado su tío. Cuando Adela se tambalea en el
escenario ante un público hostil, Will interviene y la rescata. Impresionado
por su determinación y espíritu ante la adversidad, Will decide que ella puede
ser la solución a su apremiante problema. Le propone casarse con él por pura
conveniencia. Un acuerdo comercial para que ambos puedan salvar a sus familias
de la miseria y la pobreza.
Adela dice que sí, aunque sus hermanas la reprenden por su decisión
precipitada, temiendo por su felicidad. Pero, ¿cómo puede rechazar una
propuesta tan tentadora? Ella se convertirá en una mujer independiente y con medios,
mientras Will se marchará a Roma, esposo sólo de nombre.
Pero luego de su apresurada boda viajan a Balnagowan, la encantadora finca de
Will en las Altiplanicies, y comienzan los problemas. Obligada por las
circunstancias a fingir que se trata de un matrimonio por amor, Adela se da
cuenta de que su determinación de mantenerse alejada de Will se desmorona
rápidamente. El juego a ser marido y mujer felices es bastante seductor, además
Will es peligrosamente atractivo. Pero quedan cientos de interrogantes sobre su
pasado y ninguna respuesta satisfactoria. ¿Podrá Adela resistirse a un hombre
que parece capaz de romperle el corazón? ¿Es tan tentadora la propuesta después
de todo?
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