A Daphne siempre le encantó la forma en que su prometido Peter contaba su
historia. Cómo se conocieron (en un día borrascoso), se enamoraron (por un
sombrero perdido) y se mudaron a su pueblo natal, junto al lago, para empezar
su vida juntos. Era realmente bueno contándolo... hasta el momento en que se
dio cuenta de que en realidad estaba enamorado de su mejor amiga de la
infancia, Petra.
Así es como Daphne comienza su nueva historia: Varada en la hermosa Bahía de
Waning, Michigan, sin amigos ni familia pero con un trabajo de ensueño como
bibliotecaria infantil (que apenas paga las facturas), y proponiéndose ser
compañera de piso de la única persona que podría entender su difícil situación:
el ex de Petra, Miles Nowak.
Desaliñado y caótico —con predilección por solazarse con el sonido de baladas
de amor desgarrado— Miles es exactamente lo contrario de la práctica y formal
Daphne, cuyos compañeros de trabajo saben tan poco de ella que tienen la
costumbre de apostar a que es del FBI o está en protección de testigos. Los
compañeros de piso se evitan mutuamente, hasta que un día, mientras ahogan sus
penas, entablan una tenue amistad y trazan un plan. Si dicho plan también
implica publicar fotos deliberadamente engañosas de sus aventuras de verano
juntos, bueno, ¿quién podría culparlos?
Pero todo es sólo para aparentar, por supuesto, porque es imposible que Daphne
empiece su nuevo capítulo enamorándose de la ex de la nueva prometida de su ex
prometido... ¿verdad?
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