Antes de descubrir mi edad, descubrió mi corazón.
Maltratada y golpeada, víctima de un hogar sin amor, brillé con nueva vida en
el momento en que él me encontró ahogando mis penas en un lago bajo las
estrellas.
Un encuentro casual. Una conexión tácita.
Yo estaba prendada; él tenía curiosidad.
Pero, como todo el mundo sabía, el destino podía ser decididamente cruel.
Él me llamó Halley, como el cometa.
Yo lo llamé Reed.
¿Y mi mejor amiga?
Bueno... ella lo llamaba Papá.
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