Lo último que espera pescar en su río es una heredera multimillonaria.
El solitario Boone Hendrix dejó el ejército, todavía hay fantasmas que le
persiguen. Vive con su perro Atlas en una granja de Vermont. Solo. Como a él le
gusta. Hasta que rescata de su río a una preciosa morena medio ahogada.
Gemma Newhouse es la hija del hombre más rico de América, y por las abrasiones
de sus muñecas y su estado de drogadicción, está huyendo de alguien peligroso.
Ella no se parece en nada a lo que Boone esperaba —dulce, inteligente y
aficionada a la repostería— enciende una necesidad feroz en su interior.
Ser miembro de un equipo encubierto de Operaciones Fantasma le enseñó
habilidades mortales, y él las usará todas para mantenerla a salvo.
Gemma no recuerda las últimas veinticuatro horas. Lo único que sabe es que
alguien la secuestró. Alguien peligroso. Su único objetivo es sobrevivir y está
acostumbrada a cuidar de sí misma. Es una decepción constante para sus
motivados y exitosos padres. Ella no quiere una carrera brillante, todo lo que
quiere es hornear y hacer sonreír a la gente.
Encontrarse en los fuertes brazos de Boone no estaba en sus planes. Tampoco lo
estaban su rostro masculino, su cuerpo duro y sus ojos marrón dorado. Ella se
da cuenta de cuánto se ha aislado él de la vida, de que cree que está roto.
Al ser empujados a estar juntos, se da cuenta de que este héroe silencioso hará
cualquier cosa para protegerla. A pesar del peligro que les rodea, no pueden
resistir su creciente atracción, pero sus captores la están persiguiendo...
Y Boone es lo único que se interpone en su camino.
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