Cuando él se fue para un despliegue militar de doce meses,
ella sabía que lo sentiría como toda una eternidad antes de que se vieran de
nuevo. No sabía cuanta razón tenía...
Cuando el Cabo Brecken Connolly es tomado como prisionero de guerra, Camryn
espera lo mejor, aunque se arma de valor para lo peor. Al final, armarse de
valor fue lo que necesitó para sobrevivir cuando él no lo hizo. Ella se mueve
de la única forma que sabe: armándose de más valor.
Los años pasan.
Ella construye una nueva vida.
Deja la antigua atrás.
Hasta que un día ve el rostro de un fantasma en las noticias. Brecken parece
haberse levantado de entre los muertos, pero sabe que no puede hacer el mismo
milagro para sí misma. Mientras que Brecken fue retenido en una prisión de
tortura durante los últimos cinco años, ella ha estado atrapada en su propia
clase de prisión. Una de la que no puede ser salvada.
El hombre por el que lloró vuelve para unirse a los vivos, pero la chica con la
que quería pasar su vida no es la misma mujer por la que regresa. Brecken
tampoco es la misma persona. Los últimos cinco años los han cambiado a ambos.
Mientras que él está decidido a unir las piezas, ella está determinada a dejar
que las suyas se deterioren a medida que se desmoronan.
Rota o no, Brecken la quiere de vuelta junto a él, y hará cualquier cosa para
lograrlo. Aunque eso signifique ir en contra del guardían de la prisión
personal de Camryn... su marido.
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