Sé que soy retorcida. Creciendo en un perfectamente bien
equilibrado hogar, realmente no tengo excusas. Pero no importa… me doy cuenta
cuán estropeada estoy. Y la terapia puede hacer mucho.
Empujé a mi novio a la violencia, una violencia que él no
podía controlar. Enfermizo, pero casi lo disfruté. Entonces lo empujé más. Poco
después, el dolor pesó más que el placer y la pérdida que experimenté me rompió.
Entonces corrí. Ahora estoy un poco horrorizada albergando mucha culpa. Mi
novio es ahora mi ex y quiere venganza. Él quiere que pague por convertirlo en
el monstruo en el que se ha vuelto. Y todavía tengo un anhelo aberrante que no
entiendo. Mi propio monstruo interno… mi propio demonio para luchar.
No puedo acercarme a nadie. No puedo darme por vencida y apartar los malos
pensamientos y recuerdos. No puedo arruinar a alguien más.
Y ahora está Kian… mi salvador en una oscura y dolorosa noche. Él ve a través
de mi fachada. Él trata de sacarme de mi aislamiento temeroso para impedirme
convertirme en una víctima. Él me fuerza a enfrentar mis retorcidos deseos y me
muestra que el dolor realmente no tiene que doler.
Él quiere mostrarme un camino a la serenidad. Pero tengo miedo… ¿Arruinaré a un
hombre bueno?
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