¿Qué importa si la primera vez que la vio ella no llevaba sujetador? Eso no
quiere decir que no puedan ser socios. Cuando Tess tiene la oportunidad de
conseguir un nuevo inversor para su próspero negocio de lencería, no la deja
escapar. No obstante, luego de que una confusión en el servicio de señoras
acabara con el director ejecutivo de la empresa de inversiones más importante
de Nueva York sorprendiéndola sin camisa, Tess cree que sus aspiraciones se
convertirán en cenizas.
Liam es un tío realista, práctico. Siempre va al grano. Entonces, ¿por qué no
consigue quitarse de la cabeza ese precioso cuerpo? Le encanta su descaro, su
tenacidad y la ternura que desprende a cada paso. Y también disfruta de esos
sensuales rubores que provoca en ella cada vez que le pilla mirándola...
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