Las manadas son dolor y los vínculos son putos grilletes.
Con el gobierno entregando hembras omega a las manadas alfa como si fuéramos
cheques de la seguridad social, me aferro a mi libertad gracias a un enganche
supresor del mercado negro y a una familia letal que está dispuesta a ejecutar
a cualquier alfa que intente forzar un vínculo.
De día, trabajo en la ferretería familiar. De noche, rescato a omegas que no
nacieron con las herramientas para luchar contra el sistema como yo.
Mi vida es un riesgo, pero nunca la cambiaría por nada.
Ni siquiera por los tres hombres peligrosamente guapos que vienen a husmear por
la tienda en busca de la omega que acabo de arrebatar de su prisión abusiva.
Ni siquiera cuando esos hombres huelen como si fueran míos.
Pero mi enganche supresor acaba de caer, y estoy en la vía rápida a una
explosión de feromonas que me llevará a la cárcel, seguida de la vinculación
forzada.
O podría darle a mi cuerpo lo que tan desesperadamente desea y caer en los cómodos
brazos de Austin, Seth y Cameron.
¿Pero fuera de los cuentos de hadas? No existe tal cosa como una omega
felizmente unida.
Soy Dylan St. James, y no soy una princesa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario