Saint.
Virtuoso. Amable. Paciente.
Estas eran palabras que nunca se asociaron con Gabriel Saint.
Él era un monstruo. El demonio que rondaba la ciudad de Redhill.
Y me había encontrado.
Había conseguido esconderme durante un tiempo de mi pasado, presente y futuro.
Pero debería haber sabido que vendrían a buscarme, después de todo tenía al
heredero de la ciudad en mis brazos, y si hay algo que sé sobre la familia del
crimen que gobierna esta ciudad, es que la familia está por encima de todo.
Cuando Gabriel viene por mí, lucho pero sé que es inútil, y cuando me obliga a
ser su esposa, juré hacerle la vida lo más miserable posible.
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