Alvina es una chica muy mala.
En lugar de aprender magia de su amable maestro Jareth, duerme la siesta
durante las lecciones, miente y roba sus pociones mágicas. Cuando escucha a
Jareth hablar de su poción de placer milagrosa, no puede resistirse a robar un
poco para ella. En la oscuridad de la noche, bebe el brebaje y se siente
abrumada por orgasmos mágicos incontrolables.
Desafortunadamente para ella, Krampus, el monstruoso castigador de los
malvados, vaga por el bosque la noche de su engaño y decide castigarla por su
mal comportamiento.
Alvina recibe una fuerte paliza de Krampus, incapaz de escapar mientras su
excitación mágica la mantiene atrapada en sensaciones de placer y dolor. Ella
es maltratada fácilmente por el enorme hombre-bestia, colgada en el aire y
suspendida para patear y forcejear mientras la azota. Pronto, Alvina está
rogando por la liberación, desesperada por ser estirada por la enorme polla de
Krampus y llenada
con su semilla.
Alvina recibe un último y doloroso azote de su apuesto maestro Jareth, mientras
Krampus le instruye sobre las formas de castigar a su descarriado aprendiz.
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