Soy Hugo Chamberlain.
Nunca he pretendido ser un hombre justo. No es parte de mi ADN.
Mi padre vivió su vida siempre queriendo más, más, más, y me crio para seguir
sus pasos.
He convertido su pequeño reino en un imperio global. A los cuarenta y tres
años, estoy en la cima de mi juego, el rey de Wall Street, tomo lo que quiero,
cuando quiero y como lo quiero.
¿Cómo podría haber sabido que la chica de mis sueños estaba a la vuelta de la
esquina?
Ella se resiste. Me intriga. Me ignora. Y eso es algo que no soporto.
Amelia, es una desconocida, es una chica en el tren que no deja de cantar una
canción desafinada.
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