A Adèle nunca le gustó ser el centro de atención. Cuando comienza a recibir
cartas de amor en su casillero, sospecha que se trata de una mala broma.
Gravitando entre su pasión por la pintura, su única amiga Elba y su obsesión
por el actor Jerrald Griffith, intenta pasar desapercibida. Acosada durante
meses por Ezekiel, es cuando hace una broma de más que Adèle lo abofetea frente
a toda la clase. Ambos enviados a la directora Schroeder, el castigo será duro:
tendrá que dar lecciones de apoyo al jugador estrella del equipo de hockey de
la escuela tres noches a la semana.
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