«Los monstruos no son lo que parecen».
Bogdan lleva siglos buscando a su pareja de sangre, pero cuando la encuentra,
no puede creer que sea una humana.
Mariand despierta en él un deseo tan intenso como su sed de sangre. Un fuerte
deseo de hundir sus colmillos en cada rincón de su cuerpo para ligarla a él
eternamente.
Ella descubrirá que Bogdan sí es el monstruo del que todo el mundo le advertía,
e intentará escapar de su castillo, pero cuando su vida empiece a correr
peligro, se dará cuenta de que él será su único aliado…
«Eres la única rosa por la que estoy dispuesto a aguantar todas sus espinas».
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