"Siento mucho llegar tarde, ángel. El tráfico era una pesadilla”.
Willow Lewis casi esperaba escuchar esas palabras del hombre con el que había compartido los últimos cinco años. Casi.
Pero esa voz no le pertenecía a él. Le pertenecía a un hombre que cambiaría el curso de su vida para siempre.
Nathan Wolf observó a la solitaria mujer mirar su reloj una y otra vez, con el corazón roto por una desconocida cuya cita nunca llegaría.
Dejando a un lado sus propias emociones, decidió sentarse frente a la mujer que cambiaría todo lo que había conocido.