Abandoné todo para dedicarme a mi mayor sueño. Decidido a convertirme en juez,
buscaba prestigio, éxito y un dinero que jamás iba a conseguir si seguía el
camino de mis abuelos en aquel pueblito.
Nadie era más importante que mi objetivo, ni siquiera Janine, mi sueño de
novia, a quien dejé con solo una nota, sin dar explicaciones ni permitir que
sus lágrimas me impidieran partir.
Pasaron seis años, me convertí en el juez que había soñado, pero con eso
llegaron la frialdad y la soledad. Aun así, nada importaba, hasta que un
diagnóstico tiró mi mundo al suelo, mostrándome que el dinero y el prestigio no
significaban nada
No hay comentarios.:
Publicar un comentario