Una desagradable sorpresa, de esas capaces de borrar la sonrisa del más bello
de los rostros, enfrenta a Chantal al mayor de los retos: su ruptura
sentimental con Raúl.
¿Se os ocurre algo más efectivo que un cambio de aires para superar un trance
así? Seguramente no. Y si, además, la protagonista aterriza en Milán y la moda
es el motor de su vida, mejor que mejor.
Un giro vertiginoso, con tantas ilusiones como diseños por estrenar, puede
convertirse en un gran comienzo, en uno de esos platos de buen gusto cuyo sabor
se potencia si se acompaña con el más dulce de los postres: alguien que te mire
como Mauro la mira a ella.
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