Nunca digas nunca.
Julián Walker, hijo del despiadado Silas Walker, se encuentra con una mujer
americana en una noche parisina.
Ella le confiesa que es su última noche en la ciudad y que le encantaría vivir
una noche sin ataduras, sin detalles de identidad.
Solo sexo.
Esto es justo lo que Julián quiere tener en Paris, la ciudad donde él se
permite ser cualquier cosa, excepto el príncipe del imperio Walker.
Los dos estrechan la mano y tienen una noche no solo ardiente, pero también
íntima y reveladora, pero como su trato lo dijo, es solo una noche, no volverán
a verse…o al menos eso creen que es lo que pasará.
Lo que ellos no saben es que tan solo tres meses después, trabajarán en la
misma oficina y no solo eso, Julián es su nuevo jefe.
Julián, como buen hijo de su madre Lauren Walker, intenta tomar control de la
situación inmediatamente, imponiendo distancia entre los dos.
Pero el heredero de Property Group sabe que no podrá resistirse a los ojos de
Raven Hill.
La mujer con la que fantaseó todos los días, desde que la vio.
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