Vale, sé que en la vida no todo puede ser acerca del trabajo o el desarrollo
profesional. Pero es algo que ha corrido por mi sangre desde que tengo uso de
razón. Soy una chica con aspiraciones de grandeza en el mundo de las bienes
raíces, y alcanzar mis metas no es algo sencillo que digamos.
Es por eso que me tomo mi profesión con tanta seriedad. Porque quiero ser
reconocida por cerrar grandes negocios y mis clientes estén siempre
satisfechos. Sé que puedo conseguirlo.
Y es entonces cuando mi pase dorado al salón de la fama de los inmuebles llega
a mí como si hubiera caído del mismísimo cielo. O al menos eso era lo que
pensaba antes de conocer las dos casi imposibles condiciones que la venta de
esta propiedad conllevaba.
La primera, es que debe ser vendida en un lapso máximo de una semana, cosa que
por más difícil que parezca, sé que puedo conseguir si me esfuerzo al máximo.
La segunda, es que el negocio debe ser cerrado en pareja, algo a lo que no
estoy ni cerca de estar acostumbrada. Pero no solo eso, sino que mi compañero
es uno de los mejores vendedores que acaba de llegar desde otra sede, y por lo
que puedo ver, es un arrogante y presuntuoso muñeco Ken que piensa que con su
encanto podrá distraerme y ganarse el cierre de esta propiedad.
Ni en tus sueños, cariño.
lunes, 15 de mayo de 2023
Compitiendo por amor - Lee Jacobs
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