Dommik era un monstruo, un cazador de monstruos y un alfa. Formaba parte de un grupo de élite que se ocupaba de los horrores del universo. Al menos eso era lo que susurraban todos en el puerto espacial a su paso. Un Cyborg, un cazador, una bestia con ojos tan oscuros como las fosas del Infierno y el paso de un depredador.
Katalina era un don nadie que intimaba con la muerte. Se aferraba a ella como un sudario, la seguía como la peste y la infectaba como un parásito. Cuando escuchó que el Cazador de Monstruos necesitaba un asistente, aceptó el trabajo. Y cuando los ojos del Cyborg la miraron, supo que acercarse a la muerte podría devolverla a la vida. El Cyborg no la asustaba. Así que le siguió y dejó el destino en manos del azar.
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