ANA JÚLIA RODRIGUES
Solo quería que Theodore entendiera que este embarazo fue un error de ambos,
pero nada podría haberme preparado para su frialdad y sus palabras, que me
destrozaron por dentro. Él no creyó que estuviera embarazada de un hijo suyo,
aunque le juré que no había dormido con ningún otro hombre aparte de él.
No conseguía contener las lágrimas que rodaban por mi rostro. No merecía ser
tratada así; la forma en que me juzgó no fue propia de un hombre de verdad.
Jamás usaría a un bebé para aprovecharme de él o de su estatus social. Pero la
vida da muchas vueltas, y esto no se iba a quedar así. Theodore sentiría en su
propia piel todo el dolor que infligió a mi corazón…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario