No tenía nada que perder. O al menos eso creía.
Bronte Miller y su hija pequeña, Madeline, dejan atrás Inglaterra, el único
hogar que han conocido, para aventurarse en Australia en busca de una nueva
vida. Un trabajo como institutriz en la finca Tullagulla, en el interior de
Queensland, parece un buen punto de partida. Sin embargo, el calor, las moscas
y las largas jornadas de trabajo traen consigo desafíos inesperados.
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