Presley.
En cuanto cumplí dieciocho años, hui. Ya no soy prisionera de la sentencia de
divorcio de mis padres, por fin puedo vivir con mi padre. Pero eso significa
que mañana empezaré otro nuevo instituto. Mi único propósito para los próximos
cuatro meses es agachar la cabeza, centrarme en mis tareas escolares y
graduarme con matrícula de honor. He terminado con el drama de la escuela
secundaria. He acabado con la jerarquía social. Y he terminado con los chicos.
Pero cuando una chica cruel se cruza en mi camino, mis planes de pasar
desapercibida se hacen añicos. Y cuando ÉL entra en escena, otra de mis reglas
empieza a torcerse. La tensión es demasiado fuerte y los sentimientos se
vuelven difíciles de ignorar. Pero después de todo lo que he pasado, no estoy
segura de que mi corazón, que apenas late, sea lo bastante valiente para
dejarlo entrar. No estoy segura de poder sobrevivir a otro corazón roto.
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