Isabelle no es la preciosa muchacha que ha enamorado al
príncipe tras perder un zapato de cristal, sino la hermanastra fea que se ha
cortado los dedos de los pies para lograr meterlos en el zapato de Cenicienta.
Y ese zapato... se está llenando de sangre. Cuando el príncipe descubre el
engaño, la rechaza y condena a su familia al desprecio del pueblo. Pero ella
cree que se lo tiene merecido: quería ser como Cenicienta y solo ha conseguido
ser mala y celosa. Ahora tiene la oportunidad de cambiar su destino y demostrar
lo que las hermanastras feas siempre han sabido: ni siquiera un corazón roto
basta para someter a una chica.
No te conformes con romper el cuento de hadas, hazlo añicos.
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