Ann asume que sus sentimientos seguirán sin ser correspondidos ya que ningún tío bueno se para a mirar dos veces a la corrientucha joven.
Hasta que decide contarle la verdad una noche en que pasa por casa de Jasha para llevarle unos documentos. Pero su confesión se ve frustrada cuando ve como su jefe se convierte en un hombre-lobo... hace un milenio, un ancestro de Jasha, Konstantine Varinski, hizo un pacto con el diablo por el que sus descendientes sufren desde entonces.
Los padres de Jasha obvian el demoníaco contrato para casarse y tener hijos. Sin embargo su acto de rebeldía ha puesto a la familia Wilder en peligro de convertirse en invitados permanentes del diablo si no logran restaurar las piezas perdidas de un icono religioso. Sorprendentemente Ann se ha convertido en parte de la solución o, quizá, en una nueva residente del Infierno.
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