Me ha secuestrado, se ha apoderado de mi vida y ahora le
pertenezco. La mafia rusa le ha convertido en un hombre temido y respetado.
Todos tienen miedo de Alexander Volkov, excepto yo, y esto lo inquieta. Dijo
que entre nosotros no podía existir el amor porque somos como el Diablo y el
agua bendita. Sin embargo, cada vez que sus ojos se cruzan con los míos, el
mundo cobra un nuevo sentido y esto no le gusta porque le hace sentir débil.
Si el amor puede destruir, él me destruirá. Por todas esas veces que le sonreí,
por las caricias inmerecidas, por los besos puros e inocentes que le di.
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