Cuando eran niños, se odiaban. Macon Saint era hermoso, pero a pesar de su
nombre, Delilah sabía que era el diablo. Que saliera con su ligeramente malvada
hermana, Samantha, tampoco fue nada fácil. Cuando rompieron, fue un sueño hecho
realidad: Delilah nunca tuvo que volver a verlo.
Diez años después, su viejo enemigo le envía un mensaje de texto.
La hermana de Delilah le ha robado una valiosa reliquia a Macon, ahora una
estrella en ascenso de Hollywood.
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