Hay un vacío del tamaño de un papá dentro de mí y su jefe está decidido a
llenarlo.
Volé de Cali a Sydney para visitar a mi papá, sólo para descubrir que a él no
le importaba nada verme. El jefe de mi papá, en cambio, no ha podido dejar de
desnudarme con la mirada.
Brian Murdoch, director ejecutivo de la firma bancaria número uno del país,
tiene al menos el doble de mi edad y parece un pecado bañado en Armani. Estaría
loco si me involucrara con el multimillonario que paga el salario de mi papá.
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