Lo había perdido todo y el amor no tenía cabida en su vida; solo el anhelo de la venganza la mantenía en pie.
Ania Borisova lo había perdido todo. Sin terminar de superar la muerte de su hermana ha de escapar de San Petersburgo dejando atrás su mundo, acusada su familia de traición al Emperador Nicolás. Sus padres no consiguen superar la doble desgracia y ella se encuentra sola. Para cualquier otra joven, la situación la habría hundido, pero Ania tiene un objetivo para seguir viviendo: encontrar al hombre que ha causado la desgracia de su familia. No tarda en averiguar que se ha afincado en Londres.
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