Para todos los demás, Hunter Caldwell es el hombre más poderoso de Nueva York. Sin embargo, para mí, Hunter es solo mi mejor amigo... mi increíblemente atractivo mejor amigo. Así que, cuando me pide ayuda, no dudo en aceptar.
Todo
empieza como algo fingido...
Nuestro
primer beso es inesperado, pero aun así logra erizarme la piel y hacer que mis
piernas flaqueen. El siguiente ocurre en presencia de su unida familia, lo que
nos obliga a ser convincentes, pero es tan apasionado que casi consigue que yo
también me lo crea.
En
nuestra primera noche juntos, me dice que soy yo quien debe encargarse de
mantenernos a raya a los dos, porque él no es capaz de hacerlo.
Nuestra
segunda noche es extremadamente sensual.
Entonces, ¿cómo podré evitar confundir la línea que separa lo real de lo fingido?
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