He estado sin mi compañero predestinado durante demasiado tiempo , resignado a
un dolor sin fin. Pero cuando sigo oliendo su presencia en el viento, la
esperanza parpadea de nuevo. Mi manada cree que estoy loco de soledad, así que
mantengo mi búsqueda en secreto. Hasta el día en que descubro a una mujer
misteriosa invadiendo nuestras cuevas sagradas y todo cambia en un instante.
No es sólo su seductor aroma lo que me aturde, sino la forma en que nuestras
miradas se cruzan con un reconocimiento instantáneo. Esta mujer no es sólo mi
alma gemela humana: también es la reencarnación de mi compañero lobo perdido.
Un vínculo dual nunca antes visto en nuestra especie.
Petrificada porque la manada no entiende, la escondo, desesperada por
mantenerla a salvo.
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