Los alhelíes y los rastrillos rara vez se mezclan bien.
La señorita Chloe Larkin está completamente segura de ello. Especialmente
cuando dicho libertino es un miembro de la familia Waverly, las personas
responsables de una disputa que ha estado en curso desde prácticamente los
albores de los tiempos.
Pero viene ofreciendo un trato...
La disputa centenaria entre los Larkins y los Waverly ha pasado factura. Brook
Waverly quiere que esta pelea se resuelva. Ahora. Su anciano padre no puede
soportar mucho más estrés y está decidido a que el problema se resuelva antes
de que él herede.
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