Una superestrella millonaria de la NBA, su fisioterapeuta y un bebé secreto…
Jenna tenía que haber sabido que no debía enamorarse de una estrella de la NBA.
Como fisioterapeuta en Los Ángeles, sabía más de lo que le gustaría sobre la
vida de los deportistas súper ricos. Le han tirado los tejos más veces de las
que puede recordar.
Confesiones de aventuras de una noche, sus fantasías más salvajes y sus
secretos más oscuros. Pero no importaba. Sus labios estaban sellados. También
sus piernas. Incluso su corazón.
Pero entonces llegó Hudson.
El mejor jugador de baloncesto del país.
El jugador de todos los jugadores.
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