Amo a mi hija, pero descubrir que no era biológicamente mía es la mejor noticia.
Soy un viudo que está demasiado asustado para hacer la estúpida prueba que me
diría si tengo o no el gen que significaría lidiar con una enfermedad horrible
y una muerte segura. Un gen que también podría haberse transmitido a mi hija,
si hubiera sido mía.
Necesitará a un padre, si alguna vez me pasa algo… Por eso busqué al padre
biológico de Maddie, y cuando lo encontré, le pedí que formase parte de su
vida.
Lo que no esperaba era que se convirtiera en mi mejor amigo. Shane es divertido
y tranquilo, todo lo contrario de mí. Él me hace reír. Es el antídoto perfecto
para mi existencia neurótica. Y es bi, como yo.
Pero ¿soy lo suficientemente valiente como para dar el salto y enamorarme de
él?
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