La doctora Stella Saint Clare está en Nueva York. Increíble, pero cierto. Su jefe la ha enviado a un viaje de postgrado. Para refinarla, dice él. ¡Ja! En ese hospital no saben la que se les viene encima y seguramente no están preparados para ella. Pero es positiva porque igual ese curso no es una pérdida de tiempo total y consigue un hombre bien hermoso que la acompañe de regreso a casa. Lo difícil sería convencerle, pero cuando a la doctora Saint Clare se le metía algo en la cabeza…
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