Me propuse destruirla. Pero ahora no estoy segura de si puedo dejarla ir.
Kaye Pennington es la hija de la mujer que destruyó a mi familia, y ahora le
toca pagar.
Despiadado. Frío. Calculador. En eso me he tenido que convertir. Es culpable
por asociación, manchada por los pecados de su madre, y no me detendré hasta
que le haya quitado todo: su inocencia, su libertad, su corazón.
Pero cuanto más la presiono, más me doy cuenta de que hay algo en ella que me
atrae, algo a lo que no puedo resistirme. Se supone que me odia. Debería
temerme. Y, sin embargo, con cada mirada, cada caricia, cae más profundamente
en mis garras, y yo caigo con ella.
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