Tenía trece años cuando me secuestraron.
Catorce cuando me ayudó a escapar.
Veintitrés antes de que lo volviera a ver.
Su cara está en todas las noticias: ahora es un hombre buscado. Tal vez mi
memoria me jugaba una mala pasada... pero se ve muy diferente. El niño que me
salvó hace años tenía una sonrisa tímida y ojos oscuros y conmovedores llenos
de secretos.
Este hombre tiene una mandíbula dura y una boca más dura. Labios que nunca
podrían susurrar dulces promesas.
Lo conocí como un héroe, mi salvador. Me niego a creer que pueda convertirse en
un villano.
Él no.
Luego me secuestra, demostrando que estoy equivocada.
Me dice que me va a desarmar y me va a volver a armar. Hacerme lo que él
necesita que sea: un juguete para un monstruo.
Es el destino del que escapé cuando tenía catorce años. Y ahí es cuando
finalmente lo entiendo.
Nunca fue mi héroe.
Es el hombre que me va a quebrar.
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