Nuestro matrimonio no solo estaba en problemas: meros hilos eran todo lo que lo mantenía unido.
Lo que una vez fue mi perfecto felices para siempre se había disuelto
ante mis ojos.
Puedo decirte cuándo empezó a suceder.
Lo que no puedo decirte es por qué.
Y después de siete meses de ver a mi esposo convertirse en alguien que no
reconocía, perdí la esperanza de encontrar respuestas.
Así que decidí romperle el corazón.
... y no hizo nada para detenerme.
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