«Sus
labios tomaron los míos como única verdad. Me arrastraron hacia su alma, para
mostrármela entera. Aunque nuestras bocas se separaron el beso no acabó; seguía
en nuestros ojos, ardiendo como fuego eterno».
Nerea
Gálvez es una joven periodista que vive con Eli, su mejor amiga, y tiene un
trabajo que le gusta, aunque debe hacerlo desde el anonimato pues sus artículos
son controvertidos. En cuanto al amor, cree que su Cupido está borracho, porque
no da una.
Roberto
Valero trabaja como abogado de un prestigioso bufete. No es el puesto de sus
sueños, y sus ideales son otros, pero una vieja promesa lo ata a él. Sus
relaciones, hasta el momento, no han significado mucho.
Un
día, mientras Nerea está en su cafetería favorita, recibe una noticia terrible
que la hace levantarse de golpe. Roberto tropieza con ella y, desde ese extraño
encuentro, sienten una curiosidad que pronto se convertirá en deseo y que los
atará irremediablemente.
Pero hay algo más que los une y que ellos desconocen. Algo que, cuando se revele, pondrá a prueba su amor.
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