Respiro venganza y pruebo el dolor.
Debajo de los trajes sastre y las camisas de seda late un
corazón sin piedad.
Mis miles de millones yacen encima de almas rotas y finales
torturados.
Soy malvado y acepto que siempre lo seré.
Mi plan. Esconderme detrás de la inocencia para jugar a mis
enemigos en su propio juego y derribarlos.
Tengo el arma perfecta.
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