No juzgues a un libro por su portada.
Me dirás que no... pero ya crees que sabes de qué se trata mi historia.
No tienes ni idea.
Al igual que la gente sentada en esta sala.
Ella lo pidió. Eso es lo que siguen diciendo.
Y no, no es porque mi falda fuera demasiado corta o porque estuviera ebria en
una fiesta.
No es nada de eso. Es por lo que me gusta y cómo me gusta.
Me están juzgando mientras estoy sentada en la primera fila, mis ojos atraídos
por el hombre que está siendo juzgado.
Si yo hubiera sabido que iba a terminar así, nunca me habría ido a casa con él.
Pero es el tipo de hombre al que no puedo decirle que no.
Quería sentir sus labios besar mi cuello.
Soñaba con pasar mis dedos por el rastrojo áspero en su mandíbula.
Ansiaba sus manos sobre mí, inmovilizándome.
Necesitaba susurrar su nombre en la oscuridad, a altas horas de la noche.
¿Todavía crees que sabes lo que pasó? No lo sabes.
Él es inocente y disfruté cada segundo que estuve con él.
Déjenme contarles mi historia... todo sobre cómo lo pedí.
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