Leo canta victoria ante su inminente ascenso en el trabajo y la posibilidad de
liarse con su jefa, Nicolette, una diosa con delantera explosiva que le hace
rugir como el motor de un Porsche.
Una noche, solo una noche bastará para que todas sus aspiraciones se vayan al
garete. Desesperado, maldice y se rebela contra un destino que le deparará una
sorpresa aún más jugosa cuando Tania, su antigua pareja, vuelva… Y no lo haga
sola.
O cambia el chip o se vuelve loco. No hay más opciones, pues lo que su ex porta
en sus brazos es un niño llamado Luca que resulta ser hijo de Leo.
¿Qué hará el asombrado protagonista al descubrir que se ha convertido en padre?
Él, que rechazó esa idea por completo, se enfrenta a un hogar invadido por
pañales, biberones, juguetes y por la sonrisa de un peque ante la que no sabe
reaccionar.
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