Mi vida es como Romeo y Julieta.
Excepto que en lugar de estar enamorada, quiero romperle la nariz a Romeo.
Mi familia siempre ha sido rival de los Bantham. Ambos hacemos vino de primer
nivel. Y no sabemos cuándo retroceder.
Darius Bantham especialmente no sabe cuándo retroceder. Ha estado coqueteando
conmigo desde que éramos adolescentes. Pero no importa si su sonrisa ilumina
una habitación, o si sus ojos oscuros me hacen temblar.
Lo odio a muerte.
Así que cuando me veo obligada a pasar una semana con él en un seminario sobre
vinos que es la oportunidad de mi vida, no estoy contenta.
Pero él sí.
A Darius no le importa que seamos enemigos. Y cuando por fin me tiene a solas,
me hace una promesa muy caliente: que me va a encantar besarle.
Y por mucho que lo odie...
Tiene razón.
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