Solo deseaba una vida tranquila, no una mujer que se entrometiera en su vida
para ponerla patas arriba.
Creía que tras sobrevivir a la guerra lo peor había pasado. Pero no contaba con
que un día apareciera en su puerta la señorita Cranley. Una mujer mucho más
molesta que sus lesiones permanentes o su mayordomo impertinente.
Susan Cranley no puede creer que Lord Hastford sea tan insufrible. ¿Cómo se
atreve a tratarla de semejante manera? Después de dejar su modesta casa de
campo y de viajar a Londres para enfrentarse a él, ahora dice que debe cumplir
todas sus órdenes como si fuera una niña.
Es cierto que es su pupila, pero, ¿cómo pretende casarla con el primer
petimetre que encuentre para así librarse de ella? Lord Hastford está a punto
de descubrir lo peligroso que puede ser tener como enemiga a la señorita
Cranley.
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