¿Qué
demonios hacía una chica vestida de árbol en medio de una tormenta de nieve?
Nada
bueno y Alex lo sabía. Sobre todo por qué no había que ser un genio para
encontrar todas las pruebas incriminatorias que esa pequeña delincuente había
dejado.
¿Pero
qué podía ser más malo que ser la peor delincuente del mundo y quedarse
atascada en una tormenta?
Pues... ser el sheriff, rescatarla y terminar siendo su cómplice.
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