Gloria
está enamorada de David. De su picardía, de las horas extra a su lado, de salir
«a fumar» a modo de excusa, de sus ojos verdes y de su Suzuki ronroneando con
ella encima por las calles de Madrid. Pero a pesar de estar enamorado de
Gloria, David acompaña a Susana entre las sábanas. Gloria está harta. De eso, y
de quererle. Un día a la una de la madrugada y después de que él se aferre al
bajo de su pantalón en el pasillo de un frío hospital, decide que lo mejor es
alejarse. Aunque no sea lo más sencillo; aunque no sea lo que desean.
Y en
un abrir y cerrar de ojos, aparece en su vida un hombre guapísimo, sonriente,
detallista y cariñoso. Perfecto, en definitiva. Y remueve el mundo de Gloria
hasta que ella se convierte en un ovillo de líos, amor, recuerdos y placer.
Pero el amor no es fácil, porque una tercera persona también está a punto de
llamar a su puerta desde el pasado.
¿Es suficiente con amar para arreglar un corazón roto? ¿Cómo pueden querer quienes se han olvidado a ellos mismos?
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