¿Cómo es posible que desee llamar Amo al hijo de su mejor amigo? O, peor aún,
Papi.
Tras la muerte de su mejor amigo, Cornell se encuentra solo, y física y
emocionalmente destrozado. Hundido por la pérdida, se siente demasiado mayor,
demasiado imperfecto, demasiado... vulnerable. Todo en su vida, duele.
Hasta Rhys.
Cuando Rhys le da órdenes, anhela obedecerlas. Cuando Rhys le protege, desea
arrodillarse ante él.
Cuando Rhys parece ser todo aquello con lo que había soñado en su vida, ansía
llamarle Amo.
Y cuando Rhys le hace volar, asciende a alturas que nunca antes había
alcanzado.
Rhys acaba de perder a su padre, pero, al menos, no le ha perdido a él. Lleva
años esperando tener una oportunidad con Cornell, y ahora, ese hombre al que
tanto ha deseado, está, por fin, viviendo bajo su techo. Y Rhys sabe que lo
único que necesita para recuperarse es a alguien que le guie con mano firme.
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