Detalles de la entrega: Una caja grande, que flota libremente en el espacio, para ser recuperada y cuyo contenido será devuelto a un rey shinuk.
Se suponía que sería un trabajo sencillo, como cualquier
otro que hubiera hecho antes. Hasta que Tanin se encontró mirando dentro de la
caja de entrega a las hembras humanas escondidas dentro. De repente, este
trabajo se volvió mucho más peligroso. Y no porque el rey shinuk haya
contratado cazarrecompensas para recuperarlas. Ese es un obstáculo fácil. El
verdadero problema es Garnet y todas las cosas que ella le hace desear para sí
mismo. Cosas tontas. Cosas peligrosas. Cosas esperanzadoras.
¿Qué puede hacer una chica cuando de repente despierta en
una nave espacial, en brazos de un extraterrestre, sin recordar en absoluto
cómo llegó allí? Le da un puñetazo en la nariz y le pregunta si puede quedarse.
Por supuesto. Garnet no extraña nada de la Tierra. La única persona a la que
ama, su hermana gemela, está ahí con ella, así que ¿por qué no cambiar una vida
de estrés, facturas y deudas por aventuras espaciales? Le parece un trato
estupendo.
Y claro, el rey que la secuestró a ella y a su hermana va
tras ellas, intentando recuperar sus tesoros robados, pero ella está protegida
por un grupo de... ¿repartidores?
Repartidores que tienen reglas estrictas sobre matar, un
líder que usa una cinta para pelear, una inteligencia no artificial que maneja
las cosas y un pasado tan oscuro como trágico.
Garnet solo esperaba diversión y aventura, pero de repente las cosas se vuelven mucho más serias entre ella y Tanin, y está a punto de aprender lo que significa ser realmente apreciada.
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