Todo comenzó con una huida. Dejé atrás un compromiso roto y llegué a Nueva York dispuesta a empezar de cero.
Lo que encontré fue un apartamento minúsculo, un baño compartido y una vida muy
distinta a la que había imaginado.
Y entonces, una noche, lo conocí a él.
Misterioso. Atractivo. Irresistible.
Lo que parecía un momento fugaz de placer se volvió aún más inesperado cuando
descubrí que no estaba solo... y que sus dos amigos también querían formar
parte del juego.
¿Lo mejor —o lo peor— de todo?
Que ahora los tres son mis jefes... y mantener la distancia no está exactamente
en la descripción del puesto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario